jueves, 27 de febrero de 2014

FINALISTAS DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS
CATEGORÍA: BACHILLERATO


EL CICLO GRIEGO.
                He dejado un río atrás. ¡Qué extraño lugar! Yermo, sin vida.
                Estoy cubierto de sangre… “de mis enemigos, los griegos”.
                ¿Y esa idea? Ni siquiera recuerdo mi nombre… “Héctor”, “Eneas” … No, yo no me llamo así.
                Me acerco a un abismo, hay alguien en el borde.
                - ¿Quién eres?
                - ¿Acaso no reconoces al señor del inframundo, soldado?
                - ¿Cómo…?
                ¡Oh, no! Creo que alguien me ha empujado. De nuevo, vuelvo a empezar. Ya no recuerdo nada.


LA EVOLUCIÓN DE ULAMOG
                Entonces caí por el abismo, y ya en el fondo, me encontré a unos hombres atados de pies y manos contemplando sombras. Sólo pude liberar a uno antes de perder el conocimiento.



CAJETILLAS.
                A la edad de veintisiete años apareció mi primer síntoma. Sobre mi cabeza se hizo un pequeño agujero, minúsculo pero perceptible.
                Lo ignoré hasta que, una semana más tarde, empezaron a caer diminutos y dorados granos de arena.
                Hoy, lustros más tarde, he entrado en casa y he visto encima de mi cama un traje de cristal.
                Había una nota: “TIC TIC TAC”: en nada estoy allá.


              

 QUÉ SUEÑO MÁS RARO
                Y de repente abrió los ojos. Pero no veía nada. Se abrazaba, pero no sentía el brazo izquierdo. Volvió a intentarlo. Nada. La oscuridad la acompañaba, la engullía. Intentó levantarse. No fue capaz. Empezó a jadear. Esto no le podía estar pasando a una niña de 16 años.
                Oyó un chasquido, y una luz cegadora inundó la habitación. Se tapó los ojos, temerosa. Lo que ella no sabía es que el raptor…
                ¡PLAS!
-          Se acabó, no puedes seguir emitiendo esto.
-          Pero yo… ellos se merecen saberlo… ¡Merecen saber lo que…!

Piiiiiiiii….