miércoles, 28 de mayo de 2008

En cartelera: Max Blecher

Presentación de un poeta rumano en nuestra cartelera: Max Blecher

Max Blecher, autor del Cuerpo transparente, publicado recientemente en un volumen bilingüe por la editorial Rosa Cúbica y traducido del rumano por Joaquín Garrigós.

Blecher (1909-1938) fue un escritor de origen judío. Desde los 19 años estuvo aquejado de una tisis ósea que lo llevó a vivir prácticamente en estado de larva, con el cuerpo enyesado, y se lo llevó al sepulcro en plena juventud. La enfermedad condicionó su obra literaria. El hecho de que Blecher escribiera en una lengua sin circulación le impidió convertirse en escritor de proyección europea. Novelista y poeta, su literatura es eminentemente surrealista.

Aun cuando su debut literario fue recibido con entusiasmo, no fue lo suficientemente valorado hasta hace poco. Primero, su condición de judío lo condenaba casi al ostracismo en una época trágica; segundo, durante los años del poder comunista, el sistema combatió duramente el surrealismo y las vanguardias. Es, por tanto, un escritor «maldito» dentro de la literatura rumana.

Además escribió tres novelas: Acontecimientos de la irrealidad inmediata, La guarida iluminada y Corazones cicatrizados; las dos primeras publicadas en un solo tomo por la editorial Aletheia. En la primera, Acontecimientos de la irrealidad inmediata (1936), el conflicto se circunscribe a una escisión del ser: en la misma persona hay un personaje abstracto y otro real; son dos yos distintos que darán origen a dos hilos narrativos opuestos, ninguno de los cuales puede triunfar.
La guarida iluminada, obra póstuma publicada en 1947, lleva como subtítulo «Diario de sanatorio». A diferencia de la anterior, aquí la mirada no se centra en el mundo exterior, sino en el laberinto de la anatomía. Es, en última instancia, un diario de sueños.

Os dejamos por adelantado el siguiente poema:

A modo de introducción

A Marie

Palabras aves con alas de sangre
Palabras volando locas por los aposentos del corazón

Animales a veces con transparencias de cielo
Ramos de mundos astrales (cometas con cabeza de bailarina)

Flores extrañas perfumando el cerebro
Señal de sonrisa o al contrario de alegría

Apariciones y desapariciones en la oscuridad de los días
O águilas blancas aleteando sobre las montañas del sueño

Vitrinas lunares con ángeles y espadas
Con lobos ciudades buques y cabello de mujer

Palabras dibujos incomprensibles de esta escritura
Como mis manos como tus ojos cerrados.
Podéis leer este y otros poemas en el siguiente enlace: http://www.enfocarte.com/PoesiaRumana/blecher.html.
El próximo jueves, en nuestra sección de recitales seguiremos hablando de este poeta, tras la lectura, por primera vez, de poemas en ambos idiomas, español y rumano, incorporando este espacio al Plan de Interculturalidad del centro.

martes, 13 de mayo de 2008

En Cartelera: Michio Kaku

Este es el comienzo del libro de Michio Kaku "Universos Paralelos" publicado por la editorial ATALANTA.



1 Imágenes del universo recién nacido


El poeta sólo pide meter la cabeza en el cielo. Es el lógico el que intenta meter el cielo en su cabeza. Y es su cabeza la que se parte.


G. K. Chesterton



Cuando era pequeño, tenía un conflicto personal con mis creencias. Mis padres habían sido educados según la tradición budista, pero yo asistía todas las semanas a la escuela dominical y me encantaban las historias bíblicas que me contaban sobre ballenas, arcas, estatuas de sal, costillas y manzanas. Me fascinaban aquellas parábolas del Antiguo Testamento, que eran lo que más me gustaba de la escuela dominical. Me parecía que las parábolas de grandes inundaciones, zarzas ardientes y separación de aguas eran mucho más emocionantes que los cantos y la meditación budista. En realidad, aquellas historias antiguas de heroísmo y tragedia ilustraban vividamente profundas lecciones morales y éticas que he tenido presente toda mi vida.
Un día, en la escuela dominical, estudiamos el Génesis. Leer que Dios bramó desde los cielos "Hágase la luz" sonaba mucho más dramático que meditar en silencio sobre el Nirvana. Por pura curiosidad, pregunté: "¿Dios tenía madre?". La profesora solía responder con agilidad y siempre ofrecía en sus respuestas una profunda lección moral. Sin embargo, esta vez se quedó desconcertada. No, respondió dubitativa, seguramente Dios no tenía madre. "Pero entonces, ¿de dónde vino?", pregunté yo. Me contesto murmurando que tendría que consultar la cuestión a un sacerdote.
No me di cuenta de que accidentalmente había tropezado con una de las grandes preguntas de la teología. Estaba confundido, porque en el budismo no hay Dios en absoluto, sino un universo intemporal sin principio ni final. Más tarde, cuando empecé a estudiar las grandes mitologías del mundo, aprendí que había dos tipos de cosmologías en la religión: la primera basada en un momento único en el que Dios creó el universo y la segunda basada en la idea de que el universo siempre existió y siempre existirá. (...)
Sin embargo hoy parece estar surgiendo una solución en una dirección totalmente nueva -el mundo de la ciencia-, como resultado de una nueva generación de poderosos instrumentos científicos que vuelan por el espacio exterior. La antigua mitología se basaba en la sabiduría de los narradores de historias para exponer los orígenes del mundo. Hoy en día, los científicos sueltan una batería de satélites espaciales, láseres, detectores de onda de gravedad, interferómetros, superordenadores e internet, y en el proceso revolucionan nuestra comprensión del universo y nos brindan la descripción más convincente hasta el momento de su creación.
Lo que va surgiendo gradualmente de los datos es una gran síntesis de esas dos mitologías opuestas. Quizás, especulan los científicos, el Génesis ocurre repetidamente en un océano intemporal de Nirvana. En esta nueva imagen, nuestro universo puede compararse a una burbuja que flota en un "océano" mucho mayor con nuevas burbujas formándose todo el tiempo. Según esta teoría, los universos, como burbujas que se forman en el agua hirviendo, están en creación continua y flotan en una zona mucho mayor, el Nirvana del hiperespacio de once dimensiones. Un número cada vez mayor de físicos sugiere que nuestro universo surgió realmente de un cataclismo abrasador, el big bang, pero que también coexiste en un océano eterno de otros universos. Si tenemos razón, se están produciendo big bangs incluso ahora, mientras el lector lee esta frase. (...)
Como supongo que este adelanto te ha cautivado y quieres seguir conociendo más aportaciones de este interesante autor te sugiero una serie de enlaces:


El Dr. Kaku responde a las preguntas de los internautas en el chat de la BBC. Michio Kaku habla sobre Universos Paralelos
Primera parte de un excelente documental sobre astrofísica, de la mano de Michio Kaku, que nos habla de innumerables temas del universo, desde la posibilidad real de la creación de una máquina del tiempo hasta el posible fin del cosmos.

Entrevista al Dr. Kaku en el blog de proyectolíquido
También puedes visitar su página web (está en inglés).

lunes, 5 de mayo de 2008

En Cartelera: Bibliotecas

"Una biblioteca pública no es sólo un lugar para el conocimiento y el disfrute de los libros: también es uno de los espacios cardinales de la ciudadanía. Es en la biblioteca pública donde el libro manifiesta con plenitud su capacidad de multiplicarse en tantas voces como lectores tengan sus páginas; donde se ve más claro que escribir y leer, dos actos solitarios, lo incluyen a uno sin embargo en una fraternidad que se basa en lo más verdadero y lo más íntimo que hay en cada uno de nosotros y que no tiene límites en el espacio ni en el tiempo."

Así comienza el artículo de Antonio Muñoz Molina "De una biblioteca a otra" publicado en el suplemento Babelia, un alegato a favor de las bibliotecas públicas.


“Aquel que prohibe la lectura de libros de filosofía a quien tiene talento para ello, por juzgar que ciertos hombres han caído en el error después de haberlos leído, es a nuestro parecer como alguien que prohibiría a un sediento beber agua fresca, obligándolo a morir de sed, bajo pretexto de que hay hombres que se han muerto ahogados.” (Averroes, Tratado sobre la religión y la filosofía.)

Y con esta cita comienza Alberto Manguel el artículo "La biblioteca de Julien Sorel" que publica en Hoja por Hoja, también dedicado a las bibliotecas. No puedo resistir a la tentación de reproducir íntegramente su último párrafo:

"Al fin y al cabo, la tarea de todo maestro, de todo padre, de todo ciudadano adulto es guiar al joven no sólo a través de la realidad física del mundo en el que nos encontramos (mundo que deberá explorar por sí mismo), sino hacia aquello que se halla extramuros, cruzando las fronteras protectoras, allí donde reside lo prohibido, lo recóndito, lo que la sociedad ha excluido y que también forma parte de su definición, de la misma manera en que la cara oculta de la luna forma parte de la luna. Para equiparlo para ese difícil viaje, debemos alentarlo a ser distinto: a que no tema ser acusado de no plegarse al rebaño, a que piense por sí mismo, a que se oponga a nosotros, sus caducos mayores. Debemos alentarlo a que construya su anaquel privado en lo más alto de la biblioteca, desde donde sus libros podrán, algún día, volver a iluminar el mundo."
Y para finalizar una aportación personal, que no aparece en la cartelera, es un extracto de la entrevista realizada a Alberto Manguel por María Luisa Blanco publicada en El País.
"¿La lectura queda finalmente como un acto de rebeldía? "Siempre lo ha sido. Primero porque se valora la acción y no la inacción y porque conduce a la reflexión, y eso siempre es peligroso. Y porque a través de la lectura empezamos a conocer quienes somos. En el futuro, leer será no sólo un acto de rebeldía, sino también un acto de supervivencia. Si como lectores nos resignamos a que nos impidan leer la buena literatura nos vamos a condenar a ser menos humanos. Es un riesgo que, por supuesto, no podemos correr. Ya estamos al borde de la catástrofe porque hemos destruido el mundo natural y ahora estamos haciendo todo lo posible para destruir el mundo intelectual. Hay que actuar ahora. Pero ahora quiere decir hoy". El lema que preside la biblioteca de Le Presbytère es "Lee lo que quieras", porque Alberto Manguel no cree que el amor a los libros se pueda enseñar: "El amor por la lectura es algo que se aprende pero no se enseña. De la misma forma que nadie puede obligarnos a enamorarnos, nadie puede obligarnos a amar un libro. Son cosas que ocurren por razones misteriosas, pero de lo que sí estoy convencido es que a cada uno de nosotros hay un libro que nos espera. En algún lugar de la biblioteca hay una página que ha sido escrita para nosotros".